19 junio 2008

Cuando le dan libertad al creativo generalmente el éxito está asegurado

Es el caso de muchas campañas a nivel mundial o local. Benettone, Absolut, Pirelli, Banesco (Venezuela), Grafitti (Venezuela), la campaña en contra de la anorexia, Nike, Apple son algunas de las que me vienen a la mente que han logrado grandes éxitos al hacer uso de eso de que “zapatero a su zapato” (sin alusiones a la política española).

Escribir de esto me vino a la mente por las campañas de ABSOLUT que se hacen solas ya. Ayer hubo un record de descargas en un día de Mozilla Firefox y no había terminado el día cuando ya estaba esta pieza que ven aquí rodando por Internet. Usen o no esta imagen en su campaña, el posicionamiento de la marca es tal que ya se puede dar por hecho que está cumpliendo su función. Pueden revisar el post completo en Léete esto...: ABSOLUT RECORD con más de 90 descargas por segundo logró Mozilla Firefox el record de Download en un día
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Ahora bien, generalmente las ideas y conceptos que salen de los departamentos creativos de las distintas agencias de publicidad alrededor del mundo, vienen bañados de la mediocridad de los dueños o de los gerentes de las empresas. Empresarios que quizá son muy atrevidos en el plano de los números netamente, pero que no conocen otra manera de captar la atención de potenciales clientes que no sea con precios, costo y oportunidad.

Creen que todos los demás pensamos como ellos que solo ven por el dinero y que no se permiten disfrutar de los demás sentidos que son los que en infinidad de ocasiones nos llevan a comprar algo que ni siquiera necesitamos.

El sueño de todo creativo es dar con un cliente osado, agresivo, dispuesto a arriesgarse, que no sufra de vergüenza y que entienda que este oficio es una profesión que no debe limitarse o matizarse con vicios, complejos, falsa moralidad y mucho menos con lo que esta socialmente establecido. Si el producto es de consumo masivo, de gran calidad y además el cliente es conciente de que lo bueno merece una recompensa acorde y que tiene un valor incuestionable, pues estaríamos ante el cliente ideal.

Pero y ¿Qué pasa con esas grandes campañas que han hecho inmensamente ricas y famosas a pequeñas empresas? ¿En qué se diferencian de Nike, Benettone y otras? Creo que la diferencia está en el dejar hacer al creativo, confiar en el conocimiento de este y dar rienda suelta a los instintos. No importa si hay mucho o poco dinero, si confiamos en nuestro talento como creativos estaremos apostando a que vamos a ser recompensados cuando el éxito de nuestro trabajo genere más ingresos de los esperados.

La otra traba con la que nos podemos encontrar muchas veces los creativos es al propio director de la agencia para la que trabajamos… “nooo, no, no, eso esta muy bueno para consumo interno, pero yo no le puedo presentar eso al cliente”… ¿Por qué? ¿Por qué creer que conocemos todas las reacciones del cliente? ¿Por qué ser más papistas que el Papa? ¿Qué se pierde con mostrarselo? Lo más que puede pasar es que no le guste y vuelta a empezar, además se va con un plan B desde un principio y así no se pierde tiempo que pudiera ser el único reclamo.

En fin, tenemos una tarea adicional todos los creativos. Una labor ineludible, constante, diaria, obstinante, dura, irritante que debemos desarrollar en nuestro entorno laboral. Mandar a la puta mierda a los ejecutivos de cuentas, educar a los directivos de nuestras agencias y ponerlos de a luchar de nuestro lado defendiendo nuestras ideas y nuestras campañas. Por último convencer al cliente que lo que le ofrecemos es lo que necesita para lograr sus metas. ¿Cómo logramos estas tres tareas? ¡Coño pónganse creativos, invéntensela!... cada uno sabrá cómo, a fin de cuentas somos creativos.

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